Media humanidad se ríe de la otra media, pero unos tienen gracia y los otros no
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Noel Clarasó
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La misión del escritor no consiste en decir lo que piensa, sino en decir lo que los otros creen que han pensado alguna vez
Par Noel Clarasó
Un hombre de Estado es el que se pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas
Par Noel Clarasó
Dar es el verbo más corto de la primera conjugación, y no dar el más barato
Par Noel Clarasó
Una de las leyes fundamentales de la cortesía es la resistencia al primer impulso
Par Noel Clarasó
La medicina es el arte de disputar los hombres a la muerte de hoy, para cedérselos en mejor estado, un poco más tarde
Par Noel Clarasó
El amor es como los huéspedes. Lo que importa no es creer en ellos, sino saberlos recibir cuando se presentan, aprovecharlos mientras están, y despedirlos con cortesía cuando se marchan
Par Noel Clarasó
Cuando los sabios se enamoran parecen tontos; cuando se enamoran los tontos, parecen tan tontos como antes
Par Noel Clarasó
El amor tiene dos momentos deliciosos, el primero y el último; lo malo es el tiempo que transcurre entre ellos
Par Noel Clarasó
Tratarse mal sin enfadarse es una de las mayores delicadezas de la verdadera amistad. Que puede ser superada por otra delicadeza: la de tratarse siempre bien
Par Noel Clarasó
Uno de los grandes secretos del trato con los hombres consiste, para los inteligentes, en fingir menos inteligencia de la que tiene, y para los tontos, en fingir más
Par Noel Clarasó
Viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal
Par Noel Clarasó
Es un error creer que uno está rodeado de tontos, aunque sea verdad
Par Noel Clarasó
Basta un poco de espíritu aventurero para estar siempre satisfechos, pues en esta vida, gracias a Dios, nada sucede como deseábamos, como suponíamos, ni como teníamos previsto
Par Noel Clarasó
Todo viejo amor es un recuerdo agradable mientras no interviene la persona que lo inspiró
Par Noel Clarasó
Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer; y lo único que hace falta para que este amor se disipe es seguir teniéndola demasiado cerca