No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura
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Rubén Darío
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Sueña, hijo mío, todavía, y cuando crezcas, perdóname el fatal don de darte la vida

Par Rubén Darío

Sin la mujer, la vida es pura prosa

Par Rubén Darío

Un buen libro es el mejor de los amigos, lo mismo hoy que siempre

Par Rubén Darío

Para que querré yo la vida cuando no tenga juventud

Par Rubén Darío