El laurel se marchita cuando son caducas las manos que lo cogen; sólo la juventud tiene derecho a coronar al artista; y sería ese el oficio de la juventud si se diera cuenta de ello
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Oscar Wilde
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Cuando se está enamorado empieza uno por desilusionarse a sí mismo, y acaba por desilusionar a la otra parte interesada
بواسطة Oscar Wilde
Dadme las cosas superfluas y puedo prescindir de las necesarias
بواسطة Oscar Wilde
Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos
بواسطة Oscar Wilde
La diferencia entre literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no es leída
بواسطة Oscar Wilde
Hable a toda mujer como si estuviera enamorado de ella y a todo hombre como si le estuviera fastidiando a usted. Y pronto tendrá fama de poseer el más exquisito tacto social
بواسطة Oscar Wilde
Cada hombre prominente en la actualidad tiene sus discípulos, y siempre hay un Judas que escribe la biografía
بواسطة Oscar Wilde
Lo peor es un enemigo tonto. Un enemigo inteligente, si también lo somos, no deja de apreciarnos por ello y combatirá siempre con nobleza contra nosotros
بواسطة Oscar Wilde
Hay que elegir a los amigos por su elegancia y su belleza; a los simples camaradas por su manera de ser, y a los enemigos por su inteligencia
بواسطة Oscar Wilde
¿Quieres amar? Recita las letanías del amor y las palabras crearán el deseo ardiente de donde se imagina el mundo que brotan
بواسطة Oscar Wilde
Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo; simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima
بواسطة Oscar Wilde
Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen
بواسطة Oscar Wilde
No hay libros morales ni inmorales. Los libros están bien escritos o no lo están
بواسطة Oscar Wilde
Para la mayoría de nosotros, la vida verdadera es la vida que no llevamos
بواسطة Oscar Wilde
No hay cosa que más se parezca a la inconsciencia que la indiscreción
بواسطة Oscar Wilde
Muchas veces, cuando creemos estar realizando una experiencia sobre los demás, la estamos verificando sobre nosotros mismos
Oscar Wilde